Los órganos externos del aparato reproductor femenino puede que en primera instancia no se consideren importantes para la fecundación del óvulo. Sin embargo, cada una de las partes externas del sistema reproductor femenino aportan valor al cuidado del mismo, la fecundación, desarrollo y alumbramiento de una vida humana. Estos órganos externos se encuentran en la zona de la pelvis femenina.
Estos órganos externos no son un mero adorno en la anatomía femenina, cada uno de ellos cumple un papel importante en el desarrollo de diversas tareas en la vida cotidiana de una mujer.
Gracias a ello, le es posible a la mujer, en conjunto con el hombre dar continuidad a la reproducción humana y conservación de la especie. Ahora bien, las funciones de los órganos externos del aparato reproductor femenino son dos:
- Ser la vía de que garantiza la gestación de una nueva vida a través de la cópula.
- Salvaguardar los órganos reproductores internos de cualquier intrusión agresiva o no conveniente
A lo largo de la vida de una mujer, su aparato reproductor tiende a sufrir cambios morfológicos, especialmente durante el momento del parto. Este suceso viene acompañado de contracciones y dilataciones que estimulan un parto menos complicado. Sin embargo, cuando la dilatación suele ser mucha, pueden darse desgarros.
¿Cuáles son los órganos externos del aparato reproductor femenino?
Lo primero que hay que saber es que a todo el conjunto de órganos externos del aparato reproductor femenino se le llama vulva, cuyo significado es ‘cubierta’. Se ubica en el área de la pelvis, justo entre la entrepierna justo a la entrada de la vagina, brindando protección al los órganos reproductores internos.
Estos órganos abarcan toda la zona del perineo, un área fibromuscular que se extiende desde la vulva hasta el ano. La vulva, está rodeada en su exterior por los labios mayores, fáciles de observar dado su alto volumen carnoso.
En detalle, los órganos externos del aparato reproductor femenino son:
Monte de Venus
Se ubica justo sobre la pelvis y puede reconocerse por ser un tejido blando y graso. Su única función es salvaguardar los órganos internos. Durante la pubertad esta zona suele cubrirse de vello.
Labios mayores
En específico, son dos pliegues de piel que a simple vista tienen forma de labios. Estos limitan el acceso a la vagina desde el exterior. Los labios mayores poseen un pequeño espacio entre sí llamado hendidura vulvar. Gracias a ellos, se evita que bacterias puedan afectar a la vagina y demás órganos internos. Los labios mayores cuentan con glándulas sebáceas y sudoríparas con capacidad de secretar un aceite natural para la lubricación de este órgano.
Labios menores
Se encuentran dentro de los labios mayores y tienen una forma y similar, aunque son más pequeños. Su ubicación les permite rodear el introito (orificio de entrada a la vagina). Su función es impedir el paso de gérmenes y bacterias a la vagina y al mismo tiempo, mantener la temperatura.
Los labios menores tienden a ser muy pequeños, con un tamaño máximo de seis centímetros de ancho. Estos confluyen justo encima del clítoris por su parte anterior, cubriéndolo ya que es una zona muy sensible.
Los labios menores y la vagina están recubiertos por una membrana mucosa bastante húmeda y, al contener una gran cantidad de vasos sanguíneos, tiende a ser una piel de color rosado. En cambio, la piel que cubre el perineo y los labios mayores mantienen el color y la textura que el resto de la piel del cuerpo.
Clítoris
Es uno de los órganos humanos más sensibles al contar con 8.000 terminaciones nerviosas. Este se puede apreciar en los labios menores, desde donde parte al interior de la vagina donde se divide en dos cuerpos cavernosos. El propósito del clítoris es proveer placer durante el coito.
Meato urinario
Es un pequeño orificio encargado de excretar los desechos líquidos del cuerpo. Es el punto final de la uretra. Su ubicación está justo en medio del clítoris y el orificio vaginal.
Introito
La entrada al interior de la vagina se le conoce como Introito. Es a través de él que se llega al orificio vaginal donde el pene entra durante el acto sexual. De igual manera es la vía por donde se expulsa no solo la sangre producida por la menstruación, sino que además, por allí también sale el feto durante el parto.
A los lados del introito se encuentran las glándulas de Bartolino, que, cuando son correctamente estimuladas, producen un líquido espeso y aceitoso que lubrica la vagina y hace mucho más cómodo y placentero el acto sexual.
Himen
También conocido como membrana virginal, es una membrana muy delgada de color rosa que se encuentra justo en la entrada de la vagina, con el propósito de protegerla. Esta membrana suele romperse durante el coito, o bien, durante ciertas actividades cotidianas ya que es muy sensible.
El introito u orificio vaginal es rodeado por el himen. Por lo general, cuando una mujer es virgen, el himen tiende a cubrir completamente el introito. Sin embargo, casi siempre este lo rodea como a especie de anillo.
Entonces, al tener cada mujer un grado de ajuste diferente, puede ocurrir que el himen se desgarre al realizarse la primera penetración sexual. No obstante, existen muchos casos en el que el himen posee tanta flexibilidad que es imposible que se desgarre. Cuando una mujer no es virgen, el himen tiene un aspecto de apéndice pequeño que se encuentra alrededor del introito.
Durante la infancia de una mujer, el himen cubre la entrada a la vagina, y su objetivo principal es impedir entren gérmenes a la vagina durante su desarrollo.
Horquilla Vulvar
Justo tras el orificio de entrada a la vagina, conocido como introito, hay una zona con forma de media luna conocida como horquilla vulvar. Esta cuenta con conductos microscópicos que se ubican junto al introito los cuales, en conjunto con las glándulas de Bartolino, secretan los fluidos encargados de lubricar el aparato reproductor femenino, preparándolo para el acto sexual.
Perineo
Se encuentra justo en medio del pubis y el coxis con la intención de cuidar y evitar infecciones entre la vejiga, el aparato reproductor femenino y el recto.
Cómo cuidar los órganos externos del aparato reproductor femenino
A menudo, miles de mujeres, sobre todo durante la adolescencia se preguntan si sus partes íntimas tienen un olor particular o si suele ser notorio para otros cuando se encuentran menstruando. Este conflicto lleva a dudar sobre si usar o no desodorantes, duchas vaginales o cualquier otro producto de “higiene íntima” con tal de sentir frescura y limpieza en la zona vaginal. Sin embargo, ¿es necesario utilizar este tipo de productos?
Lo que casi siempre se ignora es que, si una adolescente tiene tiene una zona íntima saludable, no producirá olores perceptibles por otras personas.
Una de las situaciones más frecuentes es cuando la adolescente padece de vaginosis bacteriana, la cual provoca un olor similar al pescado, bastante desagradable. Cuando ocurre, lo mejor es acudir a un médico. Sin embargo, aún en esta circunstancia, es poco probable que otras personas puedan percibir el olor.
Ahora bien, en el tema de la menstruación, siempre que se cambien con frecuencia las toallas íntimas y los tampones (que no deben usarse más de 4 horas), mientras mantengas un aseo diario y cambies de ropa todos los días, tu olor será indetectable.
¿Es bueno usar duchas vaginales, desodorantes o sprays femeninos?
Las empresas de productos de higiene, usando la mercadotecnia han insinuado que las duchas vaginales y otros productos similares mantienen la vagina limpia y fresca.
Es necesario entender que una ducha vaginal es un lavado de la zona íntima femenina con una serie de líquidos pre-envasados y mezclados. Ninguna mujer, bajo ninguna circunstancia debería de utilizar duchas vaginales, salvo la excepción de una prescripción médica. La razón se debe a que un uso sin control de este producto puede generar reacciones alérgicas, irritaciones o en el peor de los casos, una infección vaginal.
Por su parte, los desodorantes y sprays femeninos tampoco son favorables a la salud íntima de la mujer. En su fabricación se añaden perfumes intensos que, similar a las duchas vaginales, son capaces de provocar irritaciones, reacciones alérgicas o una infección.
Es necesario tener presente que la vagina posee su propio sistema de limpieza que le permite deshacerse de las bacterias, por lo que no se requiere de ningún elemento externo químico.
Ahora bien, cuando se dan los olores vaginales a causa de una infección, no se recomienda en lo absoluto aplicar sprays u otro producto. Lo correcto es acudir al médico para iniciar un tratamiento que combata y destruya la infección, en lugar de ocultarla. Si se notan cambios el olor vaginal, lo correcto es acudir al médico para descartar cualquier infección.
Que tu vagina se mantenga limpia no es tarea difícil. No necesitas que huela a flores, solo debes lavarla a diario con una jabón suave y suficiente agua. Difícilmente notarás algún olor. Dúchate a diario y, durante la menstruación puedes tomar baños tibios que, a diferencia de las duchas diarias serán de mucha ayuda para minimizar los dolores provocados por la menstruación.
¿Cómo cuidar mi vagina y sus órganos externos?
Procura usar ropa interior de algodón la mayoría del tiempo, sobretodo si el clima es caliente. Las prendas de algodón o de otra fibra natural permiten que la piel de tu vagina respire mejor, manteniendo fresca esa zona.
Recuerda cambiar con frecuencia las toallas o tampones mientras estés menstruando. Un consejo importante es llevar en tu mochila una prenda íntima de repuesto para cualquier emergencia.